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jueves, 5 de mayo de 2016

Decreto de autorización y funcionamiento de los centros de carácter social para la atención a las personas mayores en Castilla y León

Hace tiempo que tengo abandonado el blog, no es por falta de ganas y temas para contar sobran. Desde la última vez han ocurrido muchas cosas, grandes y pequeños acontecimientos. Todos los días me acuesto con alguna reflexión que quiero compartir pero a veces el tiempo se nos va y los días pasan. Hoy como en muchos sitios de España hace un “día de perros”, ha comenzado a caer la lluvia como si no hubiera mañana como dice algún dicho popular y mientras contemplo esta lluvia castellana, comienzo a teclear.

Hace dos días la Gerencia de mi provincia nos citó a una reunión junto con otros directores para darnos algunas pinceladas sobre el nuevo decreto de funcionamiento para centros que la Junta de Castilla y León ha publicado el 5 febrero y que entra en vigor el 6 de agosto (DECRETO 2/2016, de 4 de febrero, de autorización y funcionamiento de los centros de carácter social para la atención a las personas mayores en Castilla y León)

La reunión fue un tanto descorazonadora. Muchos de los asistentes, esa impresión me dio a mí, no tenían ni idea de lo que era el Modelo de Atención sobre el que se basa la normativa, hubo algún que otro grito y malas maneras por parte de algún director. Acusaban de no haber contado con ellos para la elaboración de la normativa, sinceramente no es justa la acusación. La Junta tuvo mucho tiempo en su página colgado el borrador y la posibilidad de hacer comentarios. Hubo quien protestaba porque le obligaban a quitar plazas, tenía todavía habitaciones con tres y cuatro camas, sí, sí, todavía existen centros con esas características, a mí me sorprendió. Hay pequeñas residencias que se abrieron en los tiempos que no era necesaria ninguna titulación, ni para el director ni para el personal de atención directa, y ahora se encuentran con que las exigencias les obligan a profesionalizar sus centros y en esto también tengo que estar de acuerdo con el decreto. Una cosa es que alguien ejerza como empresario, poniendo los medios económicos para abrir una residencia y otra muy distinta es que pueda dirigirla profesionalmente. Yo he llegado a conocer hace años a alguien que tenía un mesón-restaurante y lo transformó en un centro como podía haber puesto un supermercado, sin ningún tipo de conocimiento profesional y por supuesto lo dirigía.

Me produce cierto sobresalto oír a algunos directores hablar de “los abuelos” y ahora entiendo que algunas personas sigan hablando de las residencias como asilos.

El nuevo decreto tiene muchas bondades y algún que otro gazapo. También contiene algunas imprecisiones sobre todo en el tema de los técnicos que se prestan a errores y que en un corto espacio de tiempo habrá que ir aclarando. Una de las cosas que más llama la atención es la no exigencia de ningún profesional sanitario en concreto. Hay un equipo técnico con una ratio concreta pero cada centro puede elegir lo que le venga bien. Dicho en castellano, en mi centro hay un médico, una enfermera, un fisioterapeuta y una terapeuta ocupacional, pues bien a partir del 6 de agosto podríamos prescindir de alguno de ellos y en otros casos sustituirlos por otros profesionales.

Es cierto que las pequeñas residencias nos hemos quejado de la obligatoriedad del médico, con un determinado número de horas, cuando era muy difícil contratarles. ¡Pero de eso a prescindir! Se nos dice que los sanitarios del Sistema Público de Salud tienen la obligación de atender a nuestros mayores, cierto, pero como maticé yo en esa reunión no van a ir a pasar consulta a las residencias del mismo modo que no pasan consulta en los domicilios particulares. Irán para aquellos mayores encamados y en casos de urgencias. No van a ir a ver a fulanita porque le duela el estómago o porque se haya levantado con dolores. Serán los centros los que tengan que desplazar a sus residentes a los consultorios y les aseguro que en muchos casos es algo complicado, los consultorios no están cerca, la climatología, el acompañamiento del personal, etc., son factores a tener muy en cuenta a la hora de pensar en prescindir del médico o de la enfermera que en nuestro caso al menos, realiza una labor impagable en el tema de la prevención de escaras tanto con los mayores como en el de formación del personal de atención directa.
Si hablamos del fisioterapeuta díganme un centro que no necesite de un rehabilitador (fracturas de cadera, artrosis, entumecimiento, etc.) La Terapia Ocupacional es fundamental pero aquí sí que veo el riesgo de que algún que otro profesional de este campo pierda su puesto de trabajo. Los terapeutas no pueden ser monitores de tiempo libre. “La Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT) define a la Terapia Ocupacional como una profesión que se ocupa de la promoción de la Salud y el Bienestar a través de la ocupación. El principal objetivo de la terapia ocupacional es capacitar a las personas para participar en las actividades de la vida diaria. Los terapeutas ocupacionales logran este resultado mediante la habilitación de los individuos para realizar aquellas tareas que optimizarán su capacidad para participar, o mediante la modificación del entorno para que éste refuerce la participación…” Tengo la gran suerte de contar con una Terapeuta Ocupacional totalmente profesional. En estos momentos el equipo técnico de mi centro es un equipo necesario y prescindir de cualquiera de los profesionales iría en detrimento de nuestros mayores. Tanto es así que estamos muy por encima de la ratio que nos exigen. Prometo seguir desmenuzando el decreto y exponer lo que considero como muy bueno y lo que no tanto. Hay mucho para hablar.

4 comentarios:

  1. Vuelvo, o volvemos, a poder enterarnos, los no profesionales, de los temas y acontecimientos que a muchos de nosotros, que por edad o por interés informativo, nos ocupan y preocupan.
    Particularmente debo de decir que me extrañaba cada vez que entraba últimamente en éste blog, no encontrar sus atinadas y siempre realistas reflexiones, que me aportaban un cierto conocimiento de un tema del que deberíamos estar más sensibilizados, los que no lo estén, claro. Por eso me permito pedirle, no exigirle, el por qué de ésta tardanza de ésos grandes y pequeños acontecimientos a que hace mención en el origen de éste comentario. Bueno, permítame la broma.
    De la lectura he conseguido quedarme con una par de conclusiones que desde luego me preocupan, y que no son otros que la falta de información, preparación y competencia de algunos/as directores/as, los mínimos eso sí pero representativos por su repercusión social, y la desigualdad en cuanto a lo que llaman ratio, en éstos centros tan importantes para el bienestar de ésas personas, no "abuelos", que lo único que demandan es compañía sincera, y ciertos cuidados en su final del camino y aquí debo de hacer una humilde confesión, porque por cuestiones familiares llevo varios meses visitando un Centro de Mayores y lo que más les anima a los residentes es poder hablar con alguien aunque no sea familiar, y seguir sintiendo ésa sensación de vecindad que tenían en sus anteriores viviendas familiares.
    Dicho esto, el hecho de intentar suprimir, prescindir creo que es la palabra que utiliza, de puestos de trabajo, que por lo que sé tampoco es que estén suficientemente retribuidos, de ésos profesionales que día tras día, noche tras noche, aquí sí que cabe ésa acepción, cuidan de nuestros mayores en las diferentes especialidades, me produce cierto desasosiego cuando no pena. Yo aconsejaría que, no sé si a todos pero sí a la mayoría, visitaran éstos centros y tuvieran la curiosidad y la posibilidad de poder formarse una opinión, una fotografía, de cómo discurre lenta pero inexorablemente la vida de éstas personas, sentirían igual que yo ése malestar al leer lo de prescindir o suprimir.
    Siempre que tengo la oportunidad y el placer de informarme a través de su blog, y esto se remonta a varios años, me quedo con la sensación que sus aportaciones están suficientemente fundamentadas, lo que me lleva a plantearle una pregunta. Por qué no está a día de hoy, asesorando, dirigiendo, o ayudando a legislar éstos temas, a nivel regional y por qué no nacional. O ya lo está de alguna manera?.
    La clarividencia cuando es aprovechada para éstos temas tan sensibles, doblemente reconfortante.
    Nada más, felicitarle por su dedicación y agradecerle sus informaciones.
    Ahhh! y procure escribir de todo esto aunque no llueva.!
    Saludos.
    7 de mayo de 2016, 20:50

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    1. Muchísimas gracias por su extenso comentario, intentaré contestarle a sus preguntas. El porqué de mi tardanza, son muchas cosas de distinta índole. Por un lado el exceso de trabajo diario y el estar también intentando contribuir a mejorar la atención me ha llevado a ir posponiendo los comentarios en el blog. Por otro desde hace unos meses he tenido que afrontar una situación personal complicada y que me ha servido para darme cuenta de otras realidades ligadas al mundo de la atención sanitaria y la dependencia. Mi marido sufrió un accidente de bicicleta en el que sufrió una fractura de codo y una fractura compleja del acetábulo. De ambas fracturas fue operado y por diversas causas, alguna consecuencia directa de omisión de cuidados, tuvo que estar ingresado en el hospital un mes entero. Allí pude darme cuenta de que los cuidados en esa planta concreta de un centro público dejaban bastante que desear. Lo que más me apena es que aunque mi marido no era un paciente geriátrico estaba en esa planta, que era prácticamente de pacientes mayores principalmente con fracturas de cadera. Posteriormente cuando llegó el momento de darle el alta nos dimos cuenta que no podíamos regresar a nuestra casa porque vivimos en una casa con escaleras y con problemas de accesibilidad. Decidimos que fuera un mes a un centro para estabilizarse. Hemos alquilado una casa de planta baja al lado del centro donde trabajo y la rehabilitación la realiza allí mismo. En estos momentos es notable su mejoría y ya ha comenzado a caminar con muletas.
      Del tema de los profesionales, tengo la sensación de vivir en un país donde algo es blanco o negro nunca gris. En algunos aspectos concretos pasamos de normativas estrictas con exceso a no tener ninguna, sin término medio. En los pequeños centros hemos tenido problemas con los profesionales porque se nos exigían de una manera concreta sus horas, a decirnos que ya podemos prescindir. Yo no tengo la solución, se me ocurren a veces cosas por las que alguien podría decir que estoy chalada. Pongo un ejemplo. Si yo tengo un fisioterapeuta que está rehabilitando a una persona con la cadera rota estoy ahorrando mucho dinero al Sistema Público. Esa persona no hace uso de las ambulancias para ir al hospital (veinte kilómetros de ida y veinte de vuelta, diarios) ni de las sesiones rehabilitadoras. Por lo tanto me parecería justo que la Seguridad Social abonara al centro una parte del coste de ahorro que tiene. Y así con los profesionales sanitarios.
      Intento contribuir a mejorar los temas que profesionalmente por decirlo de alguna manera domino. Pertenezco a la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, coordino un grupo de trabajo sobre temas de calidad y pertenezco a dos comités de expertos. Lo hago fundamentalmente porque si critico algo tengo que intentar mejorarlo con mi esfuerzo y por otro lado quiero que los pequeños centros rurales tengan algún tipo de voz aunque sea tan modesta como la mía. Le agradezco mucho sus comentarios y le animo a que nos haga participes de sus impresiones cuando visita ese centro en el que me atrevo a pensar que tiene usted a sus mayores. Las opiniones de las familias sobre todo cuando miran de forma amplia y con curiosidad son fundamentales para que los profesionales nos demos cuenta de nuestros fallos. Vuelvo a darle las gracias

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  2. Sin duda la valoración personal, es de una persona que conoce los centros rurales de Castilla y Leon, su aportación es importante Luisa.
    Felicidades por su profesionalidad.

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    1. Muchisimas gracias, su blog también es muy interesante.

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